Hasta hace 2000 años los caballos se montaban a pelo, hasta
que los guerreros de las estepas asiáticas inventaron la silla de montar,
precursora de cualquier tipo de montura de caballo que tenemos actualmente.
Con este revolucionario invento, disminuyeron las caídas del
caballo y los guerreros luchaban de un modo más efectivo. Desde ese momento
todo jinete debía tener su silla de montar.
Desde entonces la silla de montar ha evolucionado y existen
numerosos tipos de sillas, dependiendo de diversos factores, como la región, la
raza del caballo, y la actividad que vamos a realizar con el caballo.
Concretamente en España, para las labores sobre todo del
campo y para el rejoneo, existe el tipo de silla vaquera española, una silla
caracterizada por ser amplia, cuadrada, y cubierta de una zalea, normalmente de
color blanco.
En la parte de delante ha quedado una pieza de lana, la
manta estribera, que antiguamente servía como abrigo al caballo, pero hoy en
día es meramente decorativa. En cuanto a los complementos de la silla, los
estribos son muy grandes, normalmente de hierro pintados en color negro, y van
en posición adelantada, apoyando el jinete toda la superficie del estribo.
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